El perro, de Raúl Herrero


Torso anónimo que representa al dios Silvano. Museo del Prado de Madrid  Mármol, 47 x 26 cm

EL PERRO

El efímero emperador Silvano,
el efímero poeta José Asunción de Silva
y yo mismo
nos refugiamos en la gruta gutural.
Aguardamos a que muera el temporal
pedregoso entre dientes de carne.
Silvano recuerda cómo le cayó encima
el caballo con el vientre rebosante de agua;
Silva relata su suicidio
con detalles precisos del mar.
Miro mis manos,
miro mi pecho,
sumergido en sangre caliente
que proviene
del cuerpo quebrado con juventud
y de los enemigos trasplantados.
En el exterior de la cueva
la tormenta lasciva no capitula.
Mis camaradas de viaje extático
dejan su lengua sobre la tierra.
Hedor irrespirable provocado por combustión
de organismos muertos dentro del tiempo.
Circundo los pasos del futuro.
Mientras conversamos se desprenden
de sus almas errabundas
porciones de aire dormido.

Poema incluido en Los puntos cardinales (Cuatro poemarios). (En el libro El amor y la guerra: la sal de la tierra) (El último Parnaso. Zaragoza: 1996). ISBN: 978-8460546276.

Sobre el emperador / general Silvano mencionado en el texto:


Portada de Los puntos Cardinales (Cuatro poemarios)





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