Entrevista de Fernandez López Guisado a Raúl Herrero
Por Fernando López Guisado
Raúl Herrero Herrero, afincado en Zaragoza, escritor y ensayista, profundiza entre la vanguardia extrema y el 'pulp'. Su particular estilo no atiende a convenciones salvo la creatividad pura que nace de la serendipia y la ruptura de conceptos que salta entre lo extravagante, lo lírico y lo cómico para demostrarnos que en la vida la cultura nunca obedece al dogmatismo. También agitador cultural, es la cabeza tras la editorial 'Libros del Innombrable' especializada en rescatar joyas ocultas y en proyectos arriesgados que se alejan de cualquier corriente definible. Tras bigote y sombrero se oculta un niño ilusionado de mirada dulce que jamás se cansará de perseguir la sonrisa y las nubes de la Verdad. Cabalgando a su lado, descubrimos con asombro a los gigantes que se escondían bajo apariencia de molinos. Acaba de publicar el poemario 'Sombra Salamandra'.
Comencemos hablando de su libro, de inclinación inconsciente, claro heredero de una corriente de vanguardia, bebiendo del surrealismo y el dadaísmo. ¿Sigue interesando la vanguardia en estos tiempos?
Recibo esta pregunta justo en el momento en que una mosca (superviviente del genocidio invernal) se posa sobre mi calva. Mi gata, doña Concha, con extrema escrupulosidad pretende darle alcance, pero en un descuido me lastima la testa. Tras una experiencia semejante, ¿qué podría responder? La vanguardia es la más pura forma de tradición, al igual que el canibalismo es una práctica ritual que se sitúa en los comienzos de la gastronomía. En mi opinión las vanguardias con una fe en el progreso irrevocable, como el futurismo, tal vez conserven un menor interés en nuestros tiempos. Por supuesto no creo en el progreso (salvo en el tecnológico y aún en este muy de tarde en tarde). Aunque el futurismo suponga un prion que comprende aspectos que rozarán a posteriores ismos y a ciertas vanguardias. Pero antes del futurismo fue la patafísica y antes ciertos coetáneos de los simbolistas como los incongruentes que, en mi opinión, practicaron una literatura más joven, rica y contemporánea que el realismo o ciertas líneas posmodernas de la literatura. ¿Fue Garcilaso de la Vega un vanguardista 'avanta la lettre', junto a su compinche Boscán al introducir de manera definitiva la lírica italianizante en nuestro país? Con cuánto amor se escandalizó un emérito poeta cuando le hable del romanticismo del barroco, algo a lo que también aludió Azorín. ¿Los fieles de amor fueron la vanguardia de su tiempo?
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