Raúl Herrero. Antología VIII:El amor y la guerra: la sal de la tierra


Emperador Claudio
Tiberius Claudius Caesar Augustus Germanicus; Lyon, 1 de agosto de 10 a. C. — Roma, 13 de octubre de 54 d. C.) 


Antología poética -en línea- de Raúl Herrero, VIII



Los puntos cardinales (1996) se cerraba con el poemario El amor y la guerra: la sal de la tierra. El verso del título lo tomé prestado del poeta Joan Salvat-Papasseit, a menudo citado por Salvador Dalí.  En ese momento este conjunto de poemas era el más acertado de los hasta entonces publicados y escritos. En el poeamario se introducen elementos históricos y juegos personales de diferente signo: The Beatles, Bob Dylan, Ezra Pound, Fernando de Herrera, Blanco White, el cuarteto opus 135 de Beethoven, el emperador Silvano, Prokófiev… . El último poema titulado “Aurificación” lo escribimos al unísono Alicia Silvestre y un servidor. En esa época ambos compusimos varios poemas, posteriormente recogidos, junto poema ya citado, en el libro El faro de Sigfrido, (2003, 84-95399-45-8) del que hablaré en su momento. En este poemario se recogen mis primeros aforismos, a los que un servidor denomina “contradanzas”. No publiqué más “contradanzas” hasta el año 2004 en uno de los cuadernillos del Ciclo del 9: 9.4 Notas rumanas (2004, 84-95399-55-5). El amor y la guerra: la sal de la tierra fue el último de los poemarios escritos para el libro Los puntos cardinales, y, en cierto modo, con él se cerraba un ciclo de mi poesía. Luego vendría, en 1998, La voz de su amo y la segunda edición de Bolol (y ningún otro poema). Seleccionaría la mayor parte del poemario del amor…, pero me contengo, e incluyo unos fragmentos.

He atendido a oradores de turba,
he escuchado reproches, dictámenes;
he visto a fámulos de señalantes
ignotos
disponer de cincel, óleo, pluma, sonido.
¿Queréis cátedra para enarbolar
vuestras teorías sobre futilidad del arte?
Vosotros:
principiantes de los petulantes
que anegaron a Van Gogh en inmundicia;
que eliminaron a François Villon;
que diseminaron cáncanos sobre cama de Beethoven moribundo;
que envenenaron con su impiedad a poetas, músicos,
pintores, funambulistas.
Masivos verdugos, inmunes tras caterva
de catalépticos artesanos undosos.
Abúlicos pateadores de “La consagración
de la primavera”;
estúpidos elogiadores de la expulsión
a Tomis de Ovidio;
bastardos alborotadores en el estreno
de “La edad de oro”.
Lo lamento, rimadores de ramos,
no atiendo vuestras sugerencias;
mesnada al servicio de mediocridad,
mesocráticos de arte en bandeja,
subvertidos a merced de apetencias apáticas.
Mis siempre distinguidos jueces lapídeos:
no os tendré presente cuando
es/criba.
Soy gameto caliginoso en oviducto sangriento.
(Eric Fischl ante lienzo de lignito).


***

Cuando Burocracia tutela
las esculturas abortan
cultura.
Si la cultura permite
a Burocracia
que la goce,
como a una virgen
con voluntad dominada
por un prestidigitador,
los poemas servirán
de papel común
en las letrinas.
En laberinto vegetal
de Burocracia
no brota arte,
sino abono que evapora
de los lienzos la pintura.
Porque la Burocracia
inocula muerte en los sanos;
los sanos se llenan de muerte;
porque los vasallos de la Burocracia
son autómatas fosilizados;
porque la Burocracia aniquila
la Cultura y la sustituye
por Usura que Pound describiera.


***

EL PERRO

El efímero emperador Silvano,
el efímero poeta José Asunción de Silva
y yo mismo,
nos refugiamos en la gruta gutural.
Aguardamos la muerte del temporal
pedregoso entre dientes de carne.
Silvano recuerda cómo le cayó encima
un caballo con el vientre rebosante de agua;
Silva relata su suicidio
con detalles precisos del mar.
Miro mis manos,
miro mi pecho
sumergido en sangre caliente
que proviene
del cuerpo quebrado con juventud,
de los enemigos transplantados.
En el exterior de la cueva
la tormenta lasciva no capitula.
Mis camaradas de viaje extático
abandonan su lengua sobre la tierra.
Hedor irrespirable provocado por la combustión
de organismos muertos dentro del tiempo.
Circundo los pasos del futuro.
Mientras los tres conversamos
se desprenden de nuestras almas errabundas
porciones de aire dormido.

***


TO BE ALONE WITH YOU

Pasillos reducidos me permiten
acercarme a ti.
Escala de fe
consentirá que pase
todo el tiempo contigo.
Canciones dulces, sarmentosas
y melosas pervierten
mis palabras malintencionadas,
santificadas
por el ansia creadora
de Brahma.
Campesinos mallorquines escenifican
“El ángelus” de Millet
tras cortinas selváticas;
ojos bordados subyugan
yugular del aprendizaje.
Vengo desde el estupor germinal
para poseerte
y transitar varias guerras cruentas
a solas contigo.
Los pusilánimes, suplicantes, frívolos
se asustarán por el hierro
de esta cadencia;
los asombrados serán sometidos
por la energía de Guiomar líquida.
Ya basta de concesiones al pasado
y de capítulos en teología del futuro:
Dios ha olvidado su nacimiento,
Satán duerme como un bendito;
pasarás toda la noche
sobre mi espalda cerúlea.
Las palabras no me colman,
la sombra ve su principio.
Una señal de fuego sobre los cristales.
Pasaré toda la noche
sobre tu espalda cerúlea.


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