Reseñas sobre Ramón Gómez de la Serna y Ciencia y arte del colorido, seguido de Tres aspectos en la pintura del maestro








En los últimos días se han publicado distintas reseñas de dos volúmenes con edición y prólogo preparados por Raúl Herrero en los últimos meses para la editorial Libros del Innombrable. 


El 1 de abril, en vísperas de su presentación en la librería Cálamo de Zaragoza, Antón Castro publicó un artículo de una página sobre el libro Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, su presentación y su proceso de elaboración.


Puede consultar su versión digital en el enlace:

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2024/04/01/el-testamento-de-antonio-fernandez-molina-era-un-libro-sobre-ramon-gomez-de-la-serna-1722745.html 



Reseña de Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, en Nueva Alcarria firmada por Elena Echevarría.


Enrique Villagrasa publica en Librújula una reseña del libro Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, describe el proceso de realización del volumen y apunta: «Es uno de los libros, de este año, que he leído de tirón y con el lápiz en la mano».


Del texto destacamos el siguiente fragmento:



Y parafraseando a Fernández Molina bien se puede escribir que de Ramón Gómez de la Serna y de él mismo, Antonio Fernández Molina, no se ha hablado lo suficiente. Sin embargo, sus personalidades han sido de las mas curiosas, atrayentes y sugerentes que ha producido nuestra literatura. Resulta difícil de encontrar sus iguales en dotes imaginativas y creadoras. Su influencia ha sido muy grande. Ambos autores, entre otras muchas nos han dado una lección singular. La de la entrega total y perseverante a la literatura, de la que vivieron, con la que vivieron y para la que vivieron. ¡Amén!



Pueden leer el artículo completo en el siguiente enlace:



Miguel Ángel Ordovás reseña Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, para El periódico de Aragón. De la reseña entresacamos el siguiente fragmento:




Antonio Fernández Molina se lamenta de que “de Ramón Gómez de la Serna no se ha hablado lo suficiente, y puede asegurarse que las próximas generaciones de escritores lo ignoran”. Resulta estremecedor comprobar que esta circunstancia no ha mejorado con el tiempo, a pesar de recuperaciones valiosas y sinceras como esta.

Pueden leer la reseña completa en:

https://www.elperiodicodearagon.com/cultura/2024/05/01/critica-ramon-gomez-de-la-serna-encuentro-dos-creadores-inclasificables-101796439.html






Para el programa de Radio Exterior de España Sexto Continente Antonio Chicharro Papiri conversa con Miguel Ángel de Rus sobre los recientes títulos de su abuelo y padre, respectivamente, publicados en Libros del Innombrable en un tomo: Ciencia y arte del colorido, de Eduardo Chicharro y Agüera, y Tres aspectos en la pintura del maestro, de Eduardo Chicharro Briones.



Puede escucharse la entrevista en el siguiente enlace [a partir del minuto [-13,42]:





Amador Palacios reseña para Fronterad (Revista digital) el libro Ciencia y arte del colorido, de Eduardo Chicharro y Agüera, y Tres aspectos en la pintura del maestro, de Eduardo Chicharro Briones, publicados en un tomo en Libros del Innombrable, junto con un texto de Marceliano Santa María, un prólogo de Raúl Herrero y un epílogo de Antonio Chicharro Papiri:


Del artículo entresacamos el siguiente fragmento:

El discurso leído por Chicharro Agüera muestra una gran sabiduría. Él fue un pintor colorista y en su discurso expone con maestría la teoría del color, su ciencia. Afirma que “el color nace en el ojo y es una sensación fisiológica”. En su tan detallada disertación alude a la ley de Purkinje, según la cual “los colores cambian según la luz que reciben”. Para Chicharro, Rembrandt es el pintor de la forma, mientras que Rubens es el pintor del color. Siendo él tan colorista, sin embargo dota al dibujo el máximo poder en la obra: “Con solo el trazo se pueden representar todas las formas de la Naturaleza. El color no tiene ese poder; necesita de la línea, como de un armazón en que fundamentarse.” Es más, cierra su discurso en el mismo sentido: “Embriaguémonos en la sensualidad del color; pero no olvidemos la forma, que es su arquitectura.” Al acabar de manifestar en su charla una bien cimentada teoría del color, se demora en aplicar esta teoría a obras de arte concretas. 


Puede leer el artículo completo en el siguiente enlace:

https://www.fronterad.com/los-chicharro-una-saga/



El pasado sábado 8 de junio de 2024 en el suplemento cultural «Artes y Letras» de Heraldo de Aragón, dirigido por Antón Castro, se publicó una reseña de Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, firmada por Alejandro J. Ratia.


El texto del artículo dice así:


LAS VIDAS PARALELAS DE ANTONIO Y DE RAMÓN

Del archivo de Fernández Molina se rescatan sus escritos sobre Gómez de la Serna


  El salto generacional entre Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888 - Buenos Aires, 1963) y Antonio Fernández Molina (Alcázar de San Juan, 1927 - Zaragoza, 2005) podría hacer de ellos padre e hijo. Una lógica tonta hubiera impuesto en el más joven el desprecio al veterano. En la quinta de Fernández Molina los escritores adoptarían, en general, un aire seco, nihilista o desgarrado, prefiriendo los contenidos sociales a la experimentación. No fue su caso. Estuvo entre los pocos que recogieron la antorcha vanguardista. Estuvo al lado de los Postistas, de Arrabal, de Ángel Crespo, de los catalanes de Dau al Set. Se trataba, en su caso, de una predisposición. Y es por ello que su entusiasmo se encendió al llegar a sus manos, por vez primera, algunos libros de Gómez de la Serna.

  Siguiendo con la imagen de los relevos, el poeta, escritor polifacético y editor Raúl Herrero toma más tarde el testigo de Fernández Molina. Se reconoce como su discípulo y hereda una cadena de anticonvencionales ancestros. El catálogo de su editorial, Libros del Innombrable, deja claro cuál es esa genealogía, que parte de Baudelaire, Jarry y la Patafísica.

  Gómez de la Serna, Ramón, es una literatura en sí mismo. Suya es la patente de la greguería, que invade también los demás géneros que practica y que se convierten con este escritor en otra cosa. Para bien o para mal, como diría Umbral, criticando las novelas no novelas ramonianas. En la colección Austral, a las Greguerías las vistieron de color violeta, color con que identificaban Poesía y Teatro. Antonio Fernández Molina estaba de acuerdo en entenderlas así, como verdadera poesía. Ningún libro de poemas en verso, sin embargo, en el poeta Ramón. Sólo compuso en verso, que se sepa, el libreto de la ópera Charlot, con música de Bacarisse. Ópera que no se estrenó.

  En 1933, elegir a Charlot como asunto de una ópera define bien el compromiso de Ramón con los Tiempos Modernos. Para entonces él era ya el referente de las vanguardias en España. Buñuel, por ejemplo, confesará deberle mucho y su huella se detecta en sus escritos y películas. Famosos fueron los libros de Ramón dedicados al cine y a los «ismos». Anduvo atento a todo cuanto se movía. Muy especial resultó su interés por las artes plásticas. Él mismo practicó el dibujo y en buena medida, fue pionero del collage extendido, practicado en las propias paredes de sus casas, y de la performance, escenificando sus conferencias. Famosa, la que dio montado en elefante.

  Debe reconocérsele precursor en una configuración de la vida como arte. No es raro que Fernández Molina lo tuviera en un pedestal. Supuso para él un modelo a seguir. Como también pudo plantearse aquella «Edad de Plata» (expresión de José-Carlos Mainer) de anteguerra un modelo que remedar, como se podía, en las oscuridades de posguerra.

  El caso es que Fernández Molina dejó, al morir, bastante material clasificado bajo la etiqueta «Ramón». Podía intuirse su intención de conformar un libro. Esa tarea la ha hecho ahora Raúl Herrero, convertido en albacea literario, tras la desaparición de su amigo y maestro. Concluida la monumental edición de sus Poesías Completas, aparecidos en Libros del Innombrable otros textos básicos y antológicos como la novela Solo de Trompeta, ha llegado el turno de este Ramón Gómez de la Serna.

  Prologan el libro unas «vidas paralelas» de Antonio y de Ramón, escritas por Raúl Herrero. La literatura como modo de vida, la creatividad, la práctica del dibujo o la crítica de arte son cosas que tuvieron en común ambos autores. Un novato Fernández Molina le mandó al lejano Ramón, a Buenos Aires, alguno de sus libros y el escritor veterano le dio amable acuse de recibo. Fue con la viuda de Gómez de la Serna, Luisa Sofovich, con quien mantendría, sin embargo, una productiva relación epistolar. Consecuencia de ello, la edición en España de algunos inéditos ramonianos.

  Al margen de esta relación póstuma, y de otras curiosidades, los textos de Fernández Molina revelan un Ramón inesperado, lejos del tópico. Se habla de sus dibujos —reproduciéndose alguno— que tienen el interés de lo peregrino. Frente a la idea del vanguardista deshumanizado, se invita a percibir lo contrario. Humanización de los objetos, semejante al rescate de los trastos en el rastro. «Puebla a las cosas de leyenda, como si diera realidad a las visiones infantiles o como si fuera el único que se ha atrevido a decir lo que las cosas dicen», anota Fernández Molina. Se recalca también la afinidad entre Ramón y el pintor Gutiérrez Solana. Y la raíz romántica que llega desde lejos. Gómez de la Serna es también aquel que escribe Cartas a las golondrinas, transmitiéndoles sus recuerdos, al despedirse, para Bécquer.

  Un infatigable interés por la vida, más una querencia por la muerte. Algo que también sabe leer Fernández Molina en un Ramón que se pregunta: «¿Qué sería de nosotros sin la muerte? Todo tiene exaltación gracias a la muerte... ¡Qué bellos ojos tiene la muerte! Yo la saludo militarmente con sorna y disciplina siempre que la veo pasar...».

Alejandro J. Ratia






El pasado jueves 13 de junio se publicó en El periódico de Aragón una reseña firmada por Domingo Buesa del libro Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina. Del artículo seleccionamos el siguiente fragmento:


Por eso, cobra interés su última obra publicada, un trabajo póstumo que reúne todas sus reflexiones particulares y sugerentes sobre 'Ramón Gómez de la Serna', que éste es el título del libro que hoy comentamos. Toda la suma de estudios se abre con una introducción sobre esta figura nacional, escritor y periodista de las vanguardias, inventor del género literario conocido como greguería. El estudio previo está escrito por Raúl Herrero y el libro se cierra con un apéndice de cuatro artículos de Andrés Rubio que custodiaba el archivo de Fernández Molina sobre el madrileño Gómez de la Serna. Todo ello sin dejar de mencionar la muy bien resuelta portada de Juan Luis Borra, con ese collage que construye el marco del libro y nos anuncia sus aportaciones.
Y en el corpus del libro nos encontramos con los muchos años de trabajo que dedicó Fernández Molina a estudiar y a escribir sobre esta figura, adscrita a la Generación de 1914. Todos los textos estaban en las carpetas del archivo que el escritor surrealista fue llenando sobre don Ramón. Herrero lo ha recuperado y ordenado en un índice de cosas apuntadas y analizadas por Antonio Fernández Molina y en las que habla de las conferencias del autor madrileño, de sus libros, de sus obras de arte, del mundo literario de quien está considerado como una de las personalidades más atrayentes y sugerentes que ha producido nuestra literatura.
En realidad, Fernández Molina nos habla de Ramón y la mirada, del prolífico Ramón, de Ramón en el rastro madrileño, del Ramón dibujante, de su cercanía a Bécquer o a Apollinaire, de su vivencia de la muerte, para concluir reflexionando sobre sus limitaciones, sobre sus dudas que lo hacen más humano y más útil para los humanos. El escritor puro se ha ido descubriendo, de la mano de Fernández Molina, a lo largo de estas reflexiones, artículos y análisis. La verdad es que es un acierto reunir en un libro a Gómez de la Serna y a Fernández Molina, aunque sólo sea para agradecerles su trabajo y que no se cumpla la predicción de don Ramón: “Quedará de mi un gallo muerto que nadie irá a poner en arroz”.

Puede leer el artículo completo en el siguiente enlace:



Si desea más información sobre el libro Ramón Gómez de la Serna:



Si desea más información sobre Antonio Fernández Molina:



Si desea saber más sobre Ciencia y arte del colorido / Tres aspectos en la pintura del maestro:

Si desea saber más sobre Eduardo Chicharro y Agüera:

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