Sobre la elaboración de Ramón Gomez de la Serna, de A. F. Molina, y Nuevas páginas de mi vida







Cuando en una página interior del libro Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, se me endosa su edición, notas y prólogo, debe leerse, además de lo evidente, que me he ocupado de recorrer los documentos que el autor guardaba en una carpeta con el nombre del creador de la greguería, que los he organizado y titulado; para postre he suprimido reiteraciones, añadido palabras voladas en los borradores (siempre enclavadas entre corchetes para destacar que es una adición mía, por si hubiera alguna falta, que se me adjudique a mí) y tecleado letra por letra el contenido del volumen, en sus diferentes versiones, porque las ha tenido; ha engordado y adelgazado durante el proceso hasta quedarse en la talla que, a mi juicio, le convenía. Lo he hecho con gusto porque pinchaba en el tabloide de las novedades un volumen que sé que a Fernández Molina le ilusionaba, dada su admiración por el gran autor, y en el que él había trabajado durante décadas, sin que la vida le prestara tiempo suficiente para organizarlo y concluirlo. A pesar de tratarse de un libro relativamente breve, desde el inicio del empeño hasta su entrada en imprenta pasaron dos años.
Durante ese tiempo releí o me adentré por primera vez en ciertos títulos de Ramón. De entre estos últimos, quizá sea Nuevas páginas de mi vida (1957) el que me ha causado una impresión más favorable. En mis lecturas de estudios y biografías sobre Ramón he descubierto que al libro apenas se le toma en cuenta; si acaso, como completo a la autobiografía Automoribundia (1948), de la que hablan bien incluso los detractores de Ramón (de todo tiene que haber en la viña del Señor). Esta autobiografía se publicó en Argentina con encuadernación en tela con camisa, con 829 páginas y veintiocho láminas fotográficas en blanco y negro, en un formato de 22 x 15 cm, ahí es nada y por ahí anda.
José Camón Aznar en su encíclica-estudio Ramón Gómez de la Serna en sus obras (1972) dice respecto a Nuevas páginas de mi vida: «… más bien son reflexiones marginales, estados de ánimo, lucubraciones sugeridas, eso sí, por el paso del tiempo. Escritas en un lenguaje también afelpado y maduro, sin melosidades, pero asimismo sin deslumbramientos imaginativos». Coincido con Camón Aznar, no obstante, no me parecen las reflexiones tan marginales ni considero que carezca de «deslumbramientos», pues el propio Ramón es un deslumbramiento constante por más que, en este caso, esté tamizado por el paso de la vida de la que parece despedirse en el libro, vaya como ejemplo esta cita: «En la vida se va quedando uno solo con las nubes».



Nuevas páginas de mi vida, subtitulado «Lo que no dije en mi Automoribundia», es un libro más modesto en ambición y en tamaño que su par. Ramón más que detallarnos su vida conforma un catálogo, un muestrario, una cartografía de su alma y de su actitud ante la vida en una madurez que casi se despide: «… probablemente es mi último traje el que me he hecho…», menciona. El libro es un recoger los trastos, peinarse, vestirse de calle y abandonar el teatro en el que se ha actuado, en el que todos actuamos.
No faltan aspectos de su vida no cubiertos por otros títulos, como el que dedica a la ópera Charlot (con libreto de Ramón y música de Salvador Bacarisse), o los detalles sobre el proceder azaroso del retrato cubista que le hizo Diego Rivera, al tiempo que nos hace cómplices de su situación personal, explica su abandono del hábito de las conferencias, detalla los medicamentos que le amparan («Mi lema es “divertirme curándome”») o se refiere a la clausura del escritor en el ejemplar capítulo «Camafeo de la soledad».
No falta un vistazo concluyente a lo que Ramón titula «Perecimiento del café de Pombo» o una carta última a sí mismo, no contenida en el volumen del mismo nombre (Cartas a mí mismo) publicado el año anterior y con el que comparte cierto tremendismo. Pero sigue entre nosotros el Ramón imaginativo, brillante y maravilloso de siempre en frases como esta: «Escribir es un lanzamiento, es como tirarse de un rascacielos». Si bien sobre lo festivo pesa la melancolía, incluso con atisbos de amargura que, en ocasiones, traspasan la página, lo que hace de esta obra una perfecta muestra del estilo del último Ramón.
El autor obliga al lector a ejercer de saltimbanqui botando de unos apuntes entresacados de un diario íntimo al estreno en Buenos Aires de su pieza Los medios seres o a sus reflexiones sobre los plagiarios o sobre la vejez: «La vejez no se adquiere por el tiempo, sino por las cosas que se hacen con el tiempo. Nos envejecen cosas de las que no se sospecharía ese daño».
La primera edición, que yo sepa, de Nuevas páginas de mi vida, la estampó la editorial Marfil en 1957 en España, los ejemplares se encuadernaron en tela con sobrecubierta, incluyen un total de 245 páginas con un tamaño de 21 x 15 cm; hubo otra en Alianza editorial. en 1970, de la que me he nutrido. Me consta que en librerías de lance o de segunda mano o de viejo (las pueden denominar como mejor les plazca) se encuentran ejemplares a precios módicos.
No haría mal el neófito en comenzar su navegación en torno a Ramón con este título, aunque supondría empezar por el final de la historia, quizá acompañado por la monografía, que ha dado motivo a este texto, que Antonio Fernández Molina le dedicó. Cometería grave falta el lector confeso de Ramón si dejara pasar esta lectura.
Tenía previsto endilgarles unas líneas que fui subrayando durante el provecho de la lectura, pero eso ocuparía bastante más espacio de lo que llevo escrito, y me parece excesivo.
Si les gusta la literatura, si en sus cuerpos o en sus mentes queda un mínimo de lucidez, háganse el favor de regalarse este libro. He comprobado que suele pasar inadvertido entre la abundante bibliografía de Ramón, con estas líneas quiero contribuir modestamente a que Nuevas páginas de mi vida ocupe el puesto que le pertenece por interés, calidad y por la amalgama que supone esa transición de un tema a otro, estructura a la que, una vez más, Ramón recurre quizá para retornar a ese aire de objetos e ideas encontradas en el Rastro de su vida.



Puede escuchar entrevista en el programa Sexto Continente de Radio Exterior de España en el siguiente enlace. La entrevista a Raúl Herrero por el libro Ramón Gómez de la Serna, de Antonio Fernández Molina, a partir del minuto [-18:00]:

https://www.rtve.es/play/audios/sexto-continente/sexto-continente-peron-ramon-argentina/16055723/


Si desea más información sobre el libro Ramón Gómez de la Serna:

https://www.librosdelinnombrable.com/producto/ramon-gomez-de-la-serna/


Si desea más información sobre Antonio Fernández Molina:

https://www.librosdelinnombrable.com/autores/antonio-fernandez-molina/


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